Lo primero que debes conocer antes de imprimir con PLA son los puntos fuertes y débiles que tiene este tipo de filamento. Y aunque es cierto que es un material muy estable y fácil de trabajar, también tiene sus contras que pueden no jugar a tu favor.
Sabiendo y analizando cuáles son los posibles problemas que pueden surgir al empezar a imprimir en 3D con filamento PLA, podrás anticiparte a ellos y será más sencillo obtener el resultado deseado.
¿Qué encontrarás en esta guía?
Cómo imprimir con PLA
El primer aspecto que hay que conocer muy bien al empezar a trabajar con PLA es la temperatura ideal a la que se debe imprimir. Por las características del filamento PLA hay que llevar un control muy preciso, siendo lo más recomendable comenzar con unos 195ºC. Así tendrás más probabilidades de obtener una pieza de calidad.
Dependiendo de las características de la pieza a imprimir, puedes regular la temperatura en + – 5°C para conseguir un óptimo y fluido trabajo de impresión. Ahora bien, esto también depende de la calidad del filamento PLA que utilices, pues en los de mayor calidad al tener más contenido de resina pura, la temperatura puedes ajustarla por debajo de lo recomendado.
Para conseguir una mejor adhesión te recomiendo actives la cama caliente, aunque no es requisito indispensable.
En cuanto a la velocidad de impresión dependerá del tipo de impresora 3D y de la pieza que quieras imprimir, pero para obtener una buena calidad de impresión y minimizar posibles problemas, recomiendo que no esté por debajo de 30 mm/s ni sea superior a 60 mm/s, posteriormente puedes ir regulándola.
Para la altura de capa, ten en cuenta que no es recomendable aplicar una altura mayor que el diámetro de la boquilla, un valor de entre un 50% y 75% del diámetro del nozzle puede ser idóneo.
Para la anchura de extrusión aplicar un 120% del diámetro de la boquilla (valor por defecto en la mayoría de softwares Slicer) es correcto, si lo modificas que nunca esté por debajo del 100%.
Otro aspecto importante es vigilar la aparición de hilos al imprimir piezas distantes. Cuando el calor de la impresión es muy alto aparecen hilos sueltos o unidos entre las partes separadas. La razón es que el extrusor empezará a soltar pequeñas gotas de PLA cuando imprima en un área diferente. De ser así, te recomiendo que bajes la temperatura (unos 5°C) y repitas la acción hasta que se solucione el problema.
También debes vigilar la unión entre capas. Si el calor de la impresión es muy bajo, el filamento que salga no se adherirá a la capa que se encuentre en la cama caliente. Así que, será evidente la separación, tendrá una textura muy áspera y es probable que el resultado final sea una pieza débil. Si quieres evitar ese inconveniente, debes incrementar 5 grados la temperatura y repetir esta acción hasta llegar al calor ideal. Eso lo notarás cuando la impresión se vea a capas uniformes y sin separación entre ellas.
Qué el grado de viscosidad sea el apropiado también es muy importante. Pues una de las principales características del filamento PLA es su densidad. Cuando la misma sea muy baja, tendrá más probabilidades de presentar fugas en temperaturas inferiores. Con el fin de evitar el problema, hay que aumentar unos milímetros la retracción.
Y por último, debes saber que las condiciones de almacenamiento garantizan la duración del material. Cuando se guardan los filamentos de PLA en un lugar con la humedad controlada y dentro de una bolsa sellada, se preserva la calidad del plástico. Eso te garantizará que los resultados finales sean satisfactorios.

Qué temperatura usar para imprimir PLA
Aunque en el apartado anterior te hable un poco sobre la temperatura, aquí quiero indicarte otros detalles que son importantes. Según las características del filamento de PLA que tengas, debes graduar el calor con el que funciona mejor. Eso se debe a que en todos los casos no son válidos los mismos rangos de temperaturas.
Los rangos de temperatura para un filamento PLA siempre tendrán un grado mínimo y otro máximo. Sin embargo, dependiendo de las piezas, ese nivel se puede subir o bajar con el fin de mejorar la impresión, siempre siendo recomendable que esté entre 190 – 220ºC.
Por ejemplo, al momento de imprimir, el material pasará por el hotend; si ahí el calor es mayor a 240°C existen muchas probabilidades de que se cristalice. Por eso, no es bueno abusar de altas temperaturas por un tiempo prolongado.
Cabe resaltar que algunos usuarios optan por trabajar sus piezas sin calefactar la base de impresión. Sin embargo, tener una cama caliente favorece la adhesión adecuada de las capas y mejora el acabado del producto. Por eso, te recomiendo activarla y tener una temperatura de aprox. 60 grados.
Y por último, dependiendo de la temperatura ambiente, los rangos de calor mínimo y máximo tanto de la plataforma o base de impresión como del nozzle debes ajustarlos a cada situación salvo que la temperatura del habitáculo sea estable.
Aunque imprimir con PLA es muy fácil, no debes confiarte y pasar por alto estos detalles. De lo contrario, perderás mucho tiempo en volver a fabricar cada pieza.